Que me perdonen los chinos, pero me reafirmo con lo que ya he dicho, la cimentación no es cosa de chinos.
Mi intención no es la de ofenderlos, simplemente creo que la cimentación no es su fuerte.
Y no lo digo por decir, lo digo por experiencia, y voy a aprovechar este artículo para contarte un par de experiencias y que seas tú mismo el que decidas si llevo razón o no.
Experiencias y cimentaciones reales.
He estado supervisando una empresa china durante 3 años y medio (aún me queda rematar algunos detalles), y puedo afirmar que siempre sus proyectos y diseños están fundamentados en su propia normativa.
Lo primero que he de decir es que resulta complicadísimo que cambien un diseño si eso provoca que incumplan su normativa. Es prácticamente imposible.
Dado que estoy en un país con otra normativa que sí debemos cumplir, ha resultado una verdadera locura intentar combinar dos normativas sin llegar a absurdos o sinsentidos. Pero eso es otra historia.
Por lo que he podido observar, las normativas chinas que rigen las estructuras aportan unos coeficientes de seguridad que hacen que las estructuras queden sobredimensionadas; el acero que usan es brutal. Sin embargo, las cimentaciones no son lo suyo.
Por supuesto, nunca se puede generalizar, y en la mayoría de las situaciones los errores vienen directamente por no cumplir normativa o una incorrecta ejecución.
Primera cimentación- Zapatas aisladas.
Mi primera experiencia fue hace ya más de tres años.
Después de un fin de semana llegué a la obra y descubrí que 6 zapatas se habían rehecho durante el fin de semana.
Habíamos pactado desde el inicio de la obra que antes de hormigonar algo, la empresa supervisora (yo o algún compañero) teníamos que revisar la armadura y comprobar que estaba todo bien. Se debían hacer las pruebas correspondientes al terreno, respetar los tiempos de fraguado del hormigón de limpieza… Vamos, lo normal.
Pues bien, en dos días habían retirado 6 zapatas, habían vuelto a replantearlas, habían hecho de nuevo el movimiento de tierras, compactado, vertido el hormigón de limpieza, montado la armadura y las habían hormigonado… Impresionante ¿eh?
Yo, ni corta ni perezosa, les dije que tenían que demolerlas de nuevo.
Te puedes imaginar cómo se pusieron. Todos los jefes se plantaron en la obra y se negaron en rotundo a demolerlas, hasta que, literalmente, metí la mano por debajo de una de ellas elegida al azar.
No tuve que hacer ningún esfuerzo. Más impresionante todavía.
Lógicamente, las rehicieron de nuevo y nunca más me pusieron problemas a la hora de demoler algo. ¡Chapeau!
Aquí te dejo algunas fotos del momentazo.
Segunda cimentación- Losa o sorpresa.
La segunda experiencia sobre cimentaciones y chinos me ha sucedido esta misma semana.
Durante el hormigonado de algunos de nuestros pilotes, descubrimos cómo unos chinos de la empresa que ejecuta la obra de al lado estaban cotilleando estupefactos el proceso de pilotaje.
Nos pidieron permiso para entrar a ver y, como buenos compañeros de obras, les dejamos pasar a ver desde la barrera.
Al dejar su puerta abierta pude ojear (por curiosidad) cómo llevaban su obra.
Mi sorpresa fue mayúscula: ¡no tienen previsto hacer cimentación; han excavado 30 centímetros y ya está!
¿Esa es la cimentación que tienen prevista hacer? ¡Una locura!
Nuestra cimentación se ha planteado a -7 metros para poder apoyar sobre un terreno adecuado. Además estamos haciendo pilotes de 15 metros para contener las tierras, ya que estamos junto a un acantilado y la roca se encuentra a esa cota.
La obra vecina, a tan sólo 30 metros y con idénticas características, no cuenta con cimentación alguna (imagino que al menos harán una losa).
Problemas de una cimentación deficiente.
Este tema no es para tomárselo en broma, es algo muy serio. Cuando falla la cimentación de una edificación, las patologías constructivas se extienden por todo el inmueble, poniéndolo en riesgo de colapso estructural o ruina económica en el mejor de los casos.
Probablemente en el caso de este último nuevo edificio, las patologías comenzarán con pequeños hundimientos que provocarán agrietamientos y posteriormente se derrumbarán algunas partes donde se carga más peso.
Estos fallos considerados estructurales suelen originarse debido a la interacción entre el terreno y la estructura; el terreno se deforma bajo la presión que recibe por la cimentación.
Sabemos que el terreno no es una masa homogénea de tierra, sino heterogénea, y por esta razón en muchos casos es difícil evitar que se produzcan asientos diferenciales entre diferentes elementos de apoyo. La losa, en ese caso, es una de las mejores opciones, ya que absorbe mejor estos asientos debido a cómo transmite las cargas de forma homogénea y no puntual como las zapatas aisladas.
Otro dato importante que hay que tener en cuenta es que tanto la resistencia como la deformabilidad del terreno no son constantes y pueden ser afectadas por causas como:
- Modificaciones en el contenido de humedad. Por ejemplo, debido a estaciones diferenciadas de lluvias y época seca.
- Lavado de áridos.
- Actividades constructivas en un área próxima que modifica las presiones del terreno.
Entre los diversos factores que generan fallos, podemos clasificarlos en dos grupos:
- Cimientos: Por deterioro de los materiales o un incorrecto comportamiento de los mismos.
- Acción de las cargas: Incremento o variaciones no contempladas en el proyecto.
Causas más frecuentes de fallos en las cimentaciones de los edificios.
Aquí tienes un listado con las causas más frecuentes de los fallos en cimentaciones:
1#. El desconocimiento de las características geotécnicas del terreno.
2#. Un error en la elección del sistema de cimentación o en el dimensionado de sus elementos constituyentes.
3#. Deficiencias en la ejecución, por una baja calidad en los materiales o bien debido a un insuficiente control.
4#. Las actuaciones defectuosas en el entorno inmediato de una cimentación ya existente, entre las cuales cabe destacar la ejecución de algunos derribos y excavaciones.
5#. Las alteraciones del terreno en el entorno inmediato de una cimentación ya existente, destacando las oscilaciones del nivel freático y las fugas, ya sean éstas del propio edificio o de las infraestructuras urbanas.
Para acabar, un último ejemplo de cimentación mal ejecutada. Es difícil de creer, pero mira lo que le pasó a este edificio en construcción en Shangai. Quedó literalmente tumbado como una gran ficha de dominó tras romperse los pilotes.
Esto sucedió en el 2009, y aquí puedes ver la noticia completa.
¿Y a ti qué te parece?
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