Reconozcámoslo, todos trabajamos por dinero.
Es lo que mueve el mundo, y además lo necesitamos para vivir y alcanzar el estilo de vida que queremos.
Pero, ¿es la única moneda de cambio para permanecer en un empleo como arquitecto?
Sabiendo lo importante que es sentirse bien en nuestro trabajo, me parece conveniente pensar en qué medida es importante el sueldo en nuestra balanza personal.
La famosa pirámide de Maslow nos indica que una vez tenemos ciertas aspiraciones fisiológicas cubiertas nuestros objetivos comienzan a ser otros muy distintos.
Es decir, que una vez que alcanzamos los dos primeros escalones de la pirámide (necesidades básicas y de seguridad), nuestra insatisfacción suele estar motivada por otras cosas.
Por supuesto que podemos seguir pensando que lo que nos hace falta son mejores condiciones salariales o una mayor (aunque falsa) sensación de seguridad.
Sin embargo, nuestros verdaderos deseos suelen dirigirse hacia algo más complejo.
- Necesidad de pertenencia.
- Reconocimiento o necesidad de logro.
- NECESIDAD DE REALIZACIÓN.
A continuación voy a darte las conclusiones a las que yo he llegado sobre este tema y sobre todo, cómo puedes medirlo en tu día a día.
¿Cómo valorar lo intangible como “salario” de arquitecto?
Yo misma he comprobado que tener un buen sueldo a final de mes no es suficiente.
Pero también sé por experiencia propia que cuando uno siente que la parte económica no está resuelta del todo ( o por lo menos como a uno le gustaría), poner sobre la mesa el resto de factores se convierte en casi UNA MISIÓN IMPOSIBLE.
Para mí, la clave en este punto es valorar lo que estamos consiguiendo en ese trabajo a parte de una remuneración a final de mes.
Partiendo entonces de la famosa pirámide de Maslow, entraríamos a valorar cómo están el resto de parámetros.
- ¿Cuánta sensación de pertenencia o de equipo ofrece tu puesto de trabajo frente a lo que te gustaría que fuera?
- ¿Te sientes suficientemente reconocido por tus compañeros y jefes?
- ¿Sientes comodidad con el nivel de confianza que tienen hacia a ti?
- Y por último,y no menos importante, ¿cómo de realizado te sientes haciendo lo que haces?
Si tus respuestas no son todo lo positivas que quisieras y tu empleo, además, tampoco te aporta mucho más que un mal salario a final de mes, no pienses todavía que llegó el momento de dejarlo.
NOOOOOO, no dejes tu trabajo (todavía).
Aún queda una pregunta fundamental que hacerte. LA MÁS IMPORTANTE.
[clear-line]
¿Tu empleo te ayuda a especializarte?
Como vengo diciendo desde hace años, lo esencial para ir avanzando como profesional y tener una carrera con más éxito (o satisfacción) es especializarte en algo muy concreto.
Puede que ahora pienses que ampliar tus conocimientos y experiencia como profesional saltando a otro trabajo con un perfil distinto te va a abrir más puertas en un futuro.
Sin embargo, como siempre digo, “aprendiz de todo, maestro de nada”.
Te animo a que observes si tu empleo actual está ayudándote a trabajar las competencias y habilidades específicas para poderte convertir en un experto.
Sí es así y esa temática te gusta lo suficiente, entonces esa puede ser una buena motivación para continuar en él.
Al menos hasta que encuentres otra cosa en la misma dirección que has tomado, pero que se acerque algo más al resto de tus deseos.
Nota importante*
El hecho de profundizar y aprenderlo todo sobre algo, hará que cada vez te sientas más cómodo, hasta que domines completamente esa tarea.
Con eso consigues trabajar de forma fluida, resolviendo problemas sin darle la mayor importancia, que es lo que precisamente te convierte en UN EXPERTO.
Si no me crees, sólo hace falta que recuerdes la primera vez que abriste Autocad o Photoshop.
¿Cuándo debes dejar tu empleo de arquitecto?
Llega un momento en todo empleo, que uno siente que ya no puede aprender mucho más.
Todo trabajo se convierte en algo mecánico (hasta proyectar), y llegados a este punto es cuando debemos valorar cómo están de cubiertas el resto de necesidades.
Si te sientes realizado,
…tienes compañeros que son como tu familia,
….todos valoran lo que haces
no creo que ni te plantees dejarlo, a no ser que circunstancias extremas te obliguen a ello.
Si tu trabajo te ha forjado como experto pero no te aporta nada más, te animo a que busques otro alineado con tu especialización,
Ajustado con el resto de tus necesidades.
Para ello es esencial que, tanto en el currículum, tus email, como en todas las entrevistas, tu mensaje sea claro y honesto.
s lo que precisamente te convierte en UN EXPERTO.
- ¿Qué quieres?
- ¿Por qué lo quieres?
- ¿Para qué lo quieres?
Si has llegado hasta aquí leyendo, ¡enhorabuena!
Ahora te toca a ti.
Me encantará conocer tu opinión al respecto, y si crees que puede servirle a alguien más, compártelo.
Muy interesante tu blog, no lo conocíamos! Desde ahora tienes unos nuevos seguidores! Saludos desde Valencia!