¿En serio quieres ser un profesional generalista?

El día que me di cuenta de que era una arquitecta blanca no me sorprendió.
Tampoco había hecho nada especial para que no fuera así.
Por otro lado, el hecho de que no me sorprendiera no impidió que me recorriera una sensación de tristeza y angustia. Esto me trasladó a un estado derrotista y de sensación de llegar tarde a todo y haber perdido la oportunidad de enfocar correctamente mi carrera.
¿Qué había sucedido?
Durante los años anteriores hice lo que pensaba que debían hacer los arquitectos.
“El arquitecto es como un director de orquesta”.
Aquella frase se me había quedado grababa durante mis años de estudiante, y la comparación siempre me pareció muy acertada.
El arquitecto, al igual que el director de orquesta, sabe de cada uno de los instrumentos que conforman su campo; y aunque excepcionalmente puede tocar más de un punto, lo importante es que los conozca y coordine todos, y se ocupe de la multitud de cuestiones mientras aporta su toque personal.
Había que controlar de todo un poco y nada de mucho.
Y eso te lleva a ser un arquitecto especializado en nada, es decir, un arquitecto blanco.
¿Cómo crear un arquitecto blanco?
Convertirte en un arquitecto blanco es muy fácil.
Lo serás si decides no formarte o actualizarte, pensando que con el título ya está todo hecho.
Pero aunque te sigas formando, como fue mi caso, si eliges mal en qué formarte o en qué quieres hacer hincapié, también continuarás en el sendero del arquitecto blanco.
Si pienso en todo lo que había estado haciendo durante estos 10 años de actividad profesional, puedo afirmar que no he estado parada:
FORMACIÓN
He cumplido con lo que se entiende con el normal reciclaje de la profesión.
- Me había puesto al día con el CÓDIGO TÉCNICO.
- Había hecho un curso con acreditación de tasaciones y valoraciones.
- Un curso de Cypecad de 300 horas.
- Un taller intensivo de Photoshop.
Y así podría seguir con un largo etcétera.
EXPERIENCIA
Pues aquí tampoco me puedo quejar:
- He proyectado viviendas unifamiliares y plurifamiliares.
- Me he encargado de la dirección de obra.
- Me he presentado a concursos.
- He realizado alguna que otra tasación y valoración.
- He diseñado reformas de locales con la correspondiente licencia de actividad.
- Reformas de viviendas.
- He hecho auditorías de presupuestos de obra.
- También he participado en pequeños planes urbanísticos.
- He estado involucrada en el proceso de ejecución y dirección de obra pública.
Mucha experiencia a mis espaldas y ninguna especialización.
La arquitecta para todo había topado con la sabiduría popular:
“Quien mucho abarca, poco aprieta “
En mi afán de convertirme en una buena arquitecta había abarcado demasiadas cosas y no me había especializado en nada.
Así que desde que me establecí en Guinea Ecuatorial decidí que esto tenía que acabar.
Y desde entonces estoy centrada en mejorar mis puntos fuertes, que además son temas que me apasionan.
Ahora te toca a ti.
¿Eres un arquitecto especializado o blanco?
Si no sabes aún si eres o no un arquitecto blanco responde sinceramente estas preguntas:
- ¿Te diferencias en algo de la mayoría de tus compañeros y colegas arquitectos?
- ¿Tienes un elemento, habilidad o conocimiento diferenciador y especial que te puede hacer imprescindible o al menos diferente?
- ¿Conoces tus puntos fuertes y los destacas en tus ofertas de trabajo o en tu trabajo si lo tienes?
Si has contestado que no, lo siento, pero eres un arquitecto blanco y tengo una peor noticia para ti:
- Si trabajas en algún estudio, tarde o temprano vendrá alguien a quitarte tu puesto por menos dinero y/o con más aptitudes.
- Si buscas trabajo, ya sea por cuenta ajena o propia, sólo te podrás posicionar como alguien que hace el trabajo “al precio más bajo”.
En cambio, si te centras en convertirte en un experto en alguno de los cientos de aspectos que componen la arquitectura, podrás crear tu propia marca personal.
La recomendación desde mi experiencia es:
Si intentas dominar cada rincón de la arquitectura no tendrás nada diferente que ofrecer y, sea cual sea tu camino, no dejarás de ser un arquitecto blanco.
Cada día hay más arquitectos blancos. Es hora de diferenciarse.
Si estás de acuerdo conmigo en que la diferenciación y especialización es nuestro futuro, comparte este artículo y ayúdame a difundir el mensaje.
Deja una respuesta