Recuerdo cuando vi este spot humorístico en televisión hace años y casi muero de un ataque de risa. Estuve semanas recordándolo.
Ahora no sé por qué me hizo tantísima gracia, he debido madurar, Ayer casualmente lo encontré en YouTube, y no he podido resistirme a escribir este artículo y aprovechar el momento para compartir el video aquí contigo.
A partir de este hallazgo he estabo pensando sobre un tema importante que forma parte de la arquitectura:
El humor de los arquitectos.
De los arquitectos se dicen miles de cosas:
- Que nos lo tenemos muy creído.
- Que cobramos mucho por cuatro dibujillos de nada.
- Que somos demasiado artistas e incoherentes (esto sobre todo lo escucho de nuestros colegas ingenieros.)
- Que hablamos en otro idioma.
- …
Lo cierto es que esta profesión te cambia totalmente la vida, desde la forma de ver las cosas, el gusto estético, hasta cómo percibimos la funcionalidad de los espacios y objetos.
¿Y el humor?
La arquitectura te da un gran criterio crítico y autocrítico, pero ¿qué pasa con la parte humorística y sarcástica?
- ¿Sabemos reirnos de nosotros mismos, como personas y como colectivo profesional?
- ¿Realmente son graciosos los chistes que sólo entendemos los arquitectos?
1#.- Humor de arquitectos gráfico.
A mí siempre me ha parecido que es el humor más sarcático, por lo de que una imagen vale más que mil palabras.
Si no la conoces todavía, decirte que puedes encontrar diariamente las peripecias de Archibald y su troupe en su página web, e incluso si quieres suscribirte puedes hacerlo. Aquí te dejo el link.
2#.- Y para terminar, unos cuantos clásicos.
Ya por último, los de siempre, los chistes de toda la vida para sacarte alguna carcajada o al menos alguna sonrisilla:
¿En qué se parece el wonderbra a un arquitecto?
Pues en que castigan a los que van a vivir dentro, pero engañan a los de fuera.
¿Qué le dice el AutoCAD a una tía muy fea maquillándose? “Contorno de sombreado no válido.“
Un ingeniero, un matemático y el arquitecto tomándose unas cañas, cuando el matematico plantea el siguiente problema: ¿Cómo calcularíais el volumen de una vaca lo más exacto posible?.
El ingeniero contesta: Muy fácil, yo metería la vaca en un recipiente hasta sumergirla en un líquido de densidad conocida, ¡por supuesto!, y mediría el volumen del líquido desalojado.
No sigas, interrumpió el matemático, ¡no sería del todo exacto!..y siguiendo su discurso y haciendo un esquema en una servilleta de papel, contesta: Como su volumen no corresponde a un cuerpo regular, yo cortaría la vaca en diferenciales de vaca y las integraría todas desde el rabo hasta los cuernos, con una integral doble respecto a x, y, z….
Bueno, bueno, bueno, interrumpió el ingeniero, aparte de que es un asco cortar a la vaca, el cálculo no sería exacto ya que los gases del interior de la vaca se escaparían y se perderían del cómputo total del volumen.
De repente, se dan cuenta que el arquitecto no ha abierto la boca y le preguntan directamente,
¿Y tú cómo lo calcularías?…
Y el arquitecto simplemente contestó:
Fácil, ¡lo miraría en las tablas!
¿Qué hace un arquitecto finlandés con un megáfono? Hablar Aalto.
¿Qué hace un vector sin dirección ni sentido, trepando por el Everest? Escalar.
¿Qué le dice un cubo a otro? –Tú a mí eso no me lo dices a la cara.
Una columna jónica está discutiendo con una columna dórica y le dice:
Pero a ver, tú ¿en que te basas?
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