Luis Barragán es el arquitecto mexicano más reconocido de todos los tiempos.
Su obra y estilo no te dejará indiferente. De hecho para mí ha sido un auténtico descubrimiento analizar e investigar a fondo al arquitecto mexicano.
¿Crees que no es para tanto?
El mismo Louis Kahn diría de su vivienda ( la casa estudio) que era LA CASA en esencia. Por algo sería.
Espero que este repaso de algunas de sus claves de diseño y su obra te sirvan para inspirarte a crear mejores espacios.
¿Te atreves a conocer más sobre él? Dale al play y aprende a través de los grandes…
TRANSCRIPCIÓN DEL ARQUISEJO
Biografía de Luis Barragán
Luis Barragán (1902-1988) es uno de los arquitectos más reconocidos de la arquitectura mexicana.
Nació en Guadalajara (Jalisco), y pasó gran parte de su infancia y adolescencia en el rancho familiar.
Aunque se graduó en ingeniería en 1923, su formación estuvo muy vinculada al arte y al humanismo, esto hizo que la arquitectura terminara siendo su verdadera vocación, con la que además obtendría el premio Pritzker ( considerado el nobel de la arquitectura) en 1980.
Él mismo afirmará que la carencia de los estudios en arquitectura reglados podría haber sido un punto positivo, ya que la ausencia de la técnica académica le permitió alcanzar soluciones más instintivas.
Tras terminar sus estudios en 1924 estuvo viajando por Europa durante dos años.
Un viaje de placer y descubrimiento que lo acercó a la obra de Ferdinand Bac (artista, escritor, dibujante y paisajista) y a la obra de Le Corbusier que ya en 1925, construía el Pabellón de l’Esprit Nouveau, un auténtico manifiesto de la nueva arquitectura.
Ambas personas influenciarán enormemente en Barragán, que se moverá durante toda su carrera entre estos dos polos: la oscilación entre la mirada romántica (Bac) y el magnetismo que ejerce Le Corbusier.
Además, durante este viaje quedaría impresionado con la belleza de los jardines del Generalife de Granada o las villas italianas y toda la costa del Mediterráneo.
Una vez de vuelta a México, la primera etapa de sus trabajos los desarrolló en su ciudad natal.
Las casas que construyó en ese período se caracterizan por una mezcla entre la arquitectura colonial y popular mezclada con elementos de la arquitectura mediterránea.
- Casa Luna (1928)
- Casa G. Cristo (1929).
En 1936 se traslada a la Ciudad de México, pero antes realiza un segundo viaje por Europa y el norte de África.
En este viaje conocería personalmente al arquitecto Le Corbusier y a Ferdinand Bac
“El alma de los jardines”, decía Ferdinand Bac, “alberga la mayor suma de serenidad de que puede disponer el hombre”. Y fue Bac quien despertó en mí el anhelo de la arquitectura de jardín. Él decía: “En este pequeño dominio (sus jardines de Les Colombiers) no he hecho otra cosa que unirme a la solidaridad milenaria que la que todos estamos sujetos, que no es sino la ambición de expresar con la materia un sentimiento común a muchos hombres en búsqueda de un vínculo con la naturaleza, al crear un lugar de reposo, de placer apacible”. Ya se ve que es condición de un jardín aunar lo poético y lo misterioso con la serenidad y la alegría. No hay mejor expresión de la vulgaridad que un jardín vulgar.
Fragmento del DISCURSO DE ACEPTACION DEL PREMIO PRITZKER http://www.tetetlan.com/luis_barragan/
Entre 1936 y 1940, inspirado por las propuestas del Estilo Internacional del viejo continente, Barragán adoptó un nuevo dinamismo en sus proyectos.
Sin embargo, más tarde el mismo reconocería que las premisas del movimiento moderno no se adecuan a sus intereses, afirmando:
“Cualquier trabajo de arquitectura que no sea capaz de expresar serenidad es precisamente un error. Por ello es un error reemplazar la protección de los muros con el uso incontenido de ventanales enormes, cosa que impera hoy….”
Luis Barragán
A partir de 1940 el arquitecto empieza a definir lo que se puede considerar su estilo propio
Además, durante su carrera realiza estudios de planificación urbana, y diferentes negocios en bienes raíces como por ejemplo la compra de un gran terreno donde diseñaría libremente algunos jardines que posteriormente vendería.
Eso sí se reservó uno pequeño, que hasta hoy forma parte de su casa.
“Mi casa es mi refugio, una pieza emocional de arquitectura, no una pieza fría de conveniencia.”
Luis barragán
Entre 1952 y 1955, además de seguir viajando, seguiría construyendo residencias y atendiendo a sus negocios personales.
En el año 1957 fue invitado por la empresa que desarrolló ciudad Satélite para construir el símbolo de la urbanización. Este elemento lo diseñaría junto al escultor Mathías Goeritz con la colaboración de Chucho Reyes.
CURIOSIDAD
Su trabajo como paisajista llega hasta el reconocido Louis Kahn que lo invita a asesorarlo, en 1964, en su proyecto del Salk Institute de la Jolla, California.
Sus trabajos continúan aunque poco a poco la enfermedad de Parkinson lo fue minando y el 22 de Noviembre de 1988 muere en su casa de Tacubaya, en la ciudad de México.
Aunque el reconocimiento internacional lo alcanzó al final de su carrera, hoy, la obra de Barragán es divulgada en todo el mundo.
Curiosidades de la vida de Barragán
Poco se conoce de su vida personal que fue guardada con recelo y discreción.
El arquitecto Juan Palomar que Presidió la Fundación de Arquitectura Tapatía Luis Barragán y tuvo el placer de conocerle en persona afirma que
Era la gente más sencilla y natural que pudieras imaginar. Pero era un muy alto poeta, refinado….tan refinado que no se notaba.
Juan Palomar arquitecto, Enlace a la ENtrevista completa
En sus inicios, las clases altas mexicanas no comprenden el estilo de Barragán. Eran demasiado austeras y no imitaban la estética de Hollywood de aquella época.
En una entrevista, Barragán explicó así el contraste en los espacios que creaba:
“Soy un ferviente católico, como sabes: amo las catedrales, amo la austeridad de los conventos, pero no me gustan los confesionarios. Lo que me parece insoportable es el ruido”
Barragán
Se dice que no colocaba color sin la aprobación de Chucho Reyes, un pintor, coleccionista y anticuario mexicano; de esta forma, su relación con Luis se convirtió en una de las más importantes.
Las Torres de Satélite diseñadas junto con Mathias Goeritz y con la colaboración de Chucho Reyes, rompieron la relación entre Goeritz y Barragán. Al atribuirse el primero el mérito de la obra en exclusiva.
En septiembre 2015 exhumaron su cuerpo para rescatar 525 gr de sus cenizas y convertirlas en un diamante.
El hecho fue muy controvertido, a lo que su autora la artista neoyorkina Jill Magid diría:
“No me es posible saber qué es lo que Barragán opinaría sobre este trabajo, lo único que sé es que es un homenaje muy respetuoso, además no soy una artista que trabaje a partir de la expectativa que mi obra pueda generar”
Claves de la arquitectura de Luis Barragán
¿Qué elementos definen la obra de Barragán? ¿Cómo se materializan? ¿Qué la hace tan especial?
BELLEZA
Si bien la belleza es un término de discusión y subjetividad para cada persona, Luis Barragán pudo establecer dentro de su trabajo el sentido de la belleza hasta un grado muy por encima de la media.
Lo alcanzada a través del paisajismo, espacios silenciosos llenos de misterio y espiritualidad.
“Me he dedicado a la arquitectura como un acto sublime de la imaginación poética. En mí se premia a todo aquél que persigue la poesía y la belleza”
LUZ
En toda su arquitectura, Barragán emplea los huecos en diferentes formatos, y en muchos casos la luz es graduada por contraventanas, cortinas o celosías.
El afirmaba que era preciso diferenciar calidad de cantidad de luz.
Por lo que siempre ponía atención a la ubicación de los huecos y su tamaño, asó como a todos los sistemas que la regulan y modelan.
COLOR
Barragán interpreta el color como instrumento que interactúa con la luz y el agua.
El color aparece en las estancias como una fuerza que asigna orden al espacio y lo focaliza, actuando como límites reales en los lugares.
El color además, le ayuda a producir otros efectos como puede ser el de penumbra coloreada dando dramatismo al espacio.
AGUA
El agua es un elemento que el arquitecto utilizará de diferentes maneras:
- Contenedores primitivos almacenan la lluvia dentro de los jardines,
- Bebederos en los espacios abiertos y
- Láminas tan sofisticadas como la que proyecta para la casa Gilardi en el interior de la vivienda.
El agua incorpora, sus recursos plásticos añadidos
“Cualquier obra arquitectónica que no exprese serenidad es un error”
MATERIALIDAD
Barragán valora la materialidad sobre la forma, acercándose a los límites que imponen los elementos constructivos (maderas macizas, cueros, pieles, telas, piedras volcánicas…) y evitan el empleo de materiales industriales que restarían intensidad a sus obras.
Y llegados hasta punto vamos a hablar de seguramente una de las obras más analizadas del arquitecto.
Su propia casa.
Análisis de la CASA TALLER de Luis Barragán
La casa estudio de Luis Barragán se sitúa en los números 12 y 14 de la calle de General Francisco Ramírez, en la Ciudad de México.
Cuenta con 1,162 metros cuadrados, que se reparten entre la construcción y las áreas verdes, y en su conjunto refleja el estilo arquitectónico de Barragán durante ese periodo.
Actualmente, la casa funciona como museo, que puede visitarse únicamente a través de recorridos guiados.
Su fachada principal alineada a la calle tiene una orientación sur-oeste y como ves, es sencilla y no cuenta con muchas aberturas.
Si te das cuenta aunque parece intencionalmente anónima y podría pasar totalmente inadvertida pero hay dos cosas que la hacen destacar.
La primera, su escala con respecto a las casas vecinas y lo segundo es que en su ángulo superior hay dos planos haciendo esquina que contrastan por su color: amarillo y naranja junto al elemento vertical que da verticalidad al conjunto.
La puerta marcada con el número 12, funcionó como taller de arquitectura, con un volumen de menor altura. Por el número 14 se accede a la casa del arquitecto.
En un análisis rápido de la casa podríamos identificar, en principio, dos grandes generadores espaciales, tanto en escala, como en complejidad, a partir de los cuales giran y se cohesionan con el resto de los espacios de la casa: el núcleo central de las escaleras y el salón de la estancia y biblioteca.
La entrada a la casa es de dimensiones reducidas que tiene una luz reducida y tamizada.
Desde esta estrecha entrada se llega hasta el vestíbulo.
Los colores, en la arquitectura de Barragán, pueden encontrarse de forma sutil o pueden ser capaces de poseer volumen y peso por sí mismos. Por ejemplo, entre la entrada y el vestíbulo.
Pasamos de un amarillo al color rosa del vestíbulo y, si abrimos una puerta, veremos el fondo verde intenso y sombreado del jardín.
La distribución de la casa a partir del vestíbulo y escalera funciona casi como una secuencia de espacios y las fotografías hechas en los primeros años de la casa delatan que algunas de las subdivisiones no aparecieron en el diseño inicial y el espacio fue evolucionando mientras lo habitaba
La fachada oeste que da al patio y jardín de la casa es totalmente opuesta a la de la calle, ya que se abre con grandes ventana en cada estancia.
A través de esta fachada la naturaleza acompaña y provoca las experiencias de la vida que ocurren al interior.
Tanto en los documentos fotográficos como en las descripciones hechas por el propio arquitecto la primera versión del jardín tuvo un extensión de césped mayor, con un claro frente al salón y, en general, con un carácter más domesticado.
Las estancias del piso de arriba que dan a la calle tienen como denominador común, su espíritu monacal, tanto por la economía de recursos arquitectónicos como la selección del mobiliario y los textiles.
Los espacios abiertos al jardín de nuevo serán destinados al dormitorio principal y una otra habitación extra y están de nuevo más conectados al exterior y a la naturaleza
La casa no termina aquí y el espacio que da acceso a la terraza que es donde sucede el desenlace de la compleja construcción espacial y poética de la casa.
CONCLUSIÓN
Se puede definir la obra del arquitecto mexicano Luis Barragán como una mezcla del bagaje por las experiencias acumuladas a lo largo de su vida.
No se comprometió con las corrientes estilísticas y constructivas predominantes en la época, pero tampoco las negó.
Sabía cómo aprovechar los elementos que le parecían válidos, en una incansable búsqueda por un vocabulario arquitectónico propio, que cumpliera con lo que interpretaba como la esencia de la arquitectura.
“No me interesa conceptualizar, soy profundamente intuitivo”
Sus mayores influencias fueron Le Corbusier y Ferdinando Bac pero también está la influencia de Gropius, de Loos, de Kiessler, de Schindler, y de otros arquitectos menos conocidos como Mallet-Stevens o Irving Gill. Lo que veía lo aprovechaba
Arquitectura. Mi obra es autobiográfica, como tan certeramente lo señaló Emilio Ambasz en el texto del libro que publicó sobre mi arquitectura el Museo de Arte Moderno de Nueva York.
En mi trabajo subyacen los recuerdos del rancho de mi padre, donde pasé años de niñez y adolescencia, y en mi obra siempre he luchado por adaptar a las necesidades de la vida moderna la magia de esas lejanas añoranzas, de aquellos remotos y nostálgicos años.
Han sido para mí motivo de permanente inspiración las lecciones que encierra la arquitectura popular de la provincia mexicana: sus paredes blanqueadas con cal, la tranquilidad de sus patios y huertas, el colorido de sus calles y el humilde señorío de sus plazas rodeadas de sombreados portales.
Y existe un profundo vínculo histórico entre esas enseñanzas y las de los pueblos del norte de África y de Marruecos, también éstos han enriquecido mi percepción de la belleza en la simpleza arquitectónica
Católico que soy, he visitado con reverencia y con frecuencia los hoy vacíos pero monumentales conventos que heredamos de la cultura y religiosidad de nuestros antepasados, el genio arquitectónico de los hombres de la colonia, y nunca ha dejado de conmoverme el sentimiento de bienestar y paz que se apodera de mi espíritu al recorrer aquellos claustros, celdas y solitarios patios. Cómo quisiera que se reconociera en algunas de mis obras la huella de esas experiencias, como traté de hacerlo en la capilla de las monjas capuchinas sacramentarias en Tlalpan, ciudad de México.
El arte de ver. Es esencial al arquitecto saber ver: quiero decir, ver de manera que no se sobreponga el análisis puramente racional. Y con este motivo rindo aquí un homenaje a un gran amigo que con su infalible buen gusto estético fue maestro de ese difícil arte de ver con inocencia. Me refiero al pintor Jesús (Chucho) Reyes Ferreira a quien tanto me complace tener ahora la oportunidad de reconocer públicamente la deuda que contraje con él por sus sabias enseñanzas.
Y a este propósito no está fuera de lugar traer a la memoria unos versos de otro gran y querido amigo mío y de las artes, el poeta Carlos Pellicer: por la vista el bien y el mal nos llegan. Ojos que nada ven, almas que nada esperan.
Fragmento del DISCURSO DE ACEPTACION DEL PREMIO PRITZKER http://www.tetetlan.com/luis_barragan/
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Nos vemos en el proximo arquisejo.
Un abrazo
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