Muchos pensamos que ser arquitecto es un estilo de vida y no tanto un trabajo concreto.
Pero a lo mejor tú tienes otra creencia:
Arquitecto es el que diseña arquitectura.
Con esta sentencia me topé delante de un café y una amiga y compañera el mes pasado.
Uf, una afirmación demasiado radical a mi parecer, pero y si tuviera razón…
Ella afirmaba que arquitecto es el que diseña arquitectura y todo lo demás que escojamos hacer nos aleja de la profesión de arquitecto.
Si un arquitecto es todo aquel que diseña, proyecta o interviene en el desarrollo de un proyecto de arquitectura o urbanismo, me temo que efectivamente hace tiempo que dejé de serlo.
No me basto con esa conversación y estuve pensando detenidamente qué significa ser arquitecto.
Nunca me ha gustado clasificar las cosas con un nombre, ni siquiera con definiciones más o menos acotadas.
Además si quisiéramos ponernos puristas hay gente que aun diseñando “arquitectura” no deberían ser considerada arquitectos. ¿no crees?
Pero si tengo que elegir una definición, me quedo con de Frank Lloyd Wright:
“El arquitecto debe ser un profeta… Un profeta en el verdadero sentido del término… Si no puede ver por lo menos diez años hacia adelante, no lo llamen arquitecto.”
Tú elijes tu camino para ser arquitecto.
Ser arquitecto es uno de esos muchos trabajos y profesiones para los que parece que naturalmente hay que estar predispuesto y en los que es más fácil identificar la “llamada” o “vocación” desde relativamente pronto.
Pero es cierto que nadie nos explica qué hay tras la universidad. Cuando salimos estamos perdidos, y, lo peor es que ni siquiera sabemos qué opciones hay.
Nos estancamos en el famoso “soy arquitecto” pero, francamente, no sabemos lo que eso conlleva ni abarca. Y es cuando nos desanimamos porque no encontramos ese trabajo donde se dice explícitamente que se busca a un arquitecto.
Y pensamos en buscar algo que “no sea de lo nuestro.”
El futuro de los arquitectos.
Con la profunda crisis que aún seguimos sufriendo, estamos ante un nuevo paradigma laboral y ya nada será igual para la profesión.
Las viejas reglas del juego ya no sirven. No servían incluso antes de la burbuja, pero no nos dábamos cuenta.
La carrera profesional típica del arquitecto siempre ha sido la de un profesional liberal.
Las etapas por las que debíamos pasar parecían estar escritas en piedra.
Durante unos años, normalmente de 3 a 5, cogerías experiencia haciendo prácticas en un estudio, para coger más seguridad y conocer la profesión. Casualmente comenzarían a llegar algunos encargos propios, con los que acabarías montando tu propio estudio sólo o con algún amigo, o te asociarías en algún estudio de turno.
Cómodamente asentado ya en tu estudio de arquitectura irían llegando los clientes, poco a poco, debido a tu buen hacer, esfuerzo y compromiso profesional, y a partir de ese momento ya no tendrías que preocuparte por tu futuro. Y fueron felices y comieron perdices.
YA
Ese era el mundo estable que vivieron las generaciones pasadas y no va a volver.
Esa seguridad se ha esfumado, y ya no hay nada tan seguro pero la buena noticia es que las circunstancias actuales nos ofrecen muchas opciones para reinventarnos y destacar haciendo lo que más nos gusta, ARQUITECTURA.
Nos toca ser imaginativos, productivos, asumir una nueva realidad y aprender nuevas habilidades y competencias.
Es hora de mezclarnos con otros campos y disciplinas que produzcan sinergias adecuadas.
Necesitamos reinventarnos, observar otras realidades y buscar soluciones y necesidades que nuestro talento y habilidades puedan cubrir.
Como dice Andrés Pérez Ortega en su libro Expertología:
“No va a venir nadie a salvarnos, ni el gobierno, ni los sindicatos, ni las empresas. Sólo hay una persona que puede ayudarte: TÚ. Ésa es la auténtica autoayuda. La de ser capaz de encontrar el modo de ganarte la vida con la profesión que decidas”
A veces nos empeñamos en que hay que cambiar de libro cuando sólo hay que pasar la página.
Abre tu mente. Investiga y mantén la perspectiva pero sobre todo escúchate.
Y cuando tengas el camino claro y marcado de lo que quieres hacer entonces, lucha por lo que quieres con toda tu pasión, creatividad, paciencia y empuje, con todo esas armas que aprendiste mientras te convertías en un arquitecto.
¿Y para ti qué significa ser arquitecto?
Me encantará leerlo en los comentarios.
Paula dice
Hola Elena. Me ha encantado tu post.
Me lleva a mi primera semana de Escuela en Introducción a la Arquitectura donde nos hablaban del ámbito de la arquitectura de Mies van der Rohe.
Creo que precisamente ahora en estos momentos de crisis a muchos compañeros (y me incluyo en la sugerencia) deberíamos recordar la lección “del tirador a la ciudad” y descubrir nuestra pasión de arquitectos en campos tangenciales/transversales de la profesión que no tienen porqué hacernos olvidar que somos arquitectos…
Elena de Frutos dice
Hola Paula, gracias por pasarte y gracias por tu comentario.
La verdad es que nos toca mirar a los lados y como bien dices tenemos diferentes escalas para actuar. 🙂