Hoy tengo el placer de entrevistar a José Ramón Hernández, arquitecto por al ETSAM en 1985 y Doctor Arquitecto por la Universidad Politécnica
Aunque no conozco a José Ramón en persona, nada más que por su blog, arquitectamos locos ?, estoy convencida de que es de esas personas que cuando habla todos se callan y le escuchan atentamente.
Escribe bonito y piensa bonito, y nada más leer un par de artículos te apetece leer más y más.
Así que voy a aprovechar la oportunidad que me da para incidir en temas punzantes de nuestra querida profesión., porque creo que a gente así hay que prestarles mucha más atención y aprender más de ellas.
Si quieres saber más sobre el origen de su blog, el mismo te lo cuenta en su Carta a Martina.
1# Arquitectos como pollos sin cabeza
La sociedad en general no tiene un buen concepto de los arquitectos,
¿En qué crees que estamos fallando como colectivo?
Creo que la respuesta adecuada sería hablar de nuestro estupendismo, de nuestra tonta vanidad y de nuestra estúpida tendencia a creernos geniales. Es cierto: soy el primero en criticar este tonto postureo de los arquitectos, ¿qué narices (iba decir otra cosa) nos hemos creído?
Sí, vale; de acuerdo. Es sabido por todos que los ingenieros resuelven problemas y los arquitectos los creamos. Esa es nuestra maldición.
En todo caso, con los años de infierno que llevamos, creo que a unos cuantos se les han caído ya los penachos y las ínfulas. Pero sí: Hay todavía muchos que siguen con lo mismo.
Pero debemos introducir otra variante. Creo que es necesario, y además hoy me apetece ser descortés. Buena parte de la culpa la tiene la gente. La gente, en general, lee lo fácil, escucha lo fácil y mira lo fácil. Así nos están acostumbrando. Todo es smart menos nosotros, que cada vez somos más tontos.
El otro día escuchaba a un guionista de una serie de televisión que contaba que los directores de programación le pidieron que bajara el pistón, que redujera la complejidad de la historia y la profundidad de su desarrollo, porque el público no quería complicarse. Hay gente capaz de escribir, de hacer música, cine, mil cosas fantásticas, pero el público busca lo fácil.
En ese contexto, un buen arquitecto es un problema. Los clientes, en general, quieren cosas muy rimbombantes y retorcidas pero muy simples. O, mejor dicho, simplonas.
En ese contexto, en ese ambiente paupérrimo, el trabajo del arquitecto sólo puede estorbar e ir contra corriente. Ah, y además es siempre carísimo, porque el cliente no lo necesita ni lo aprecia, y, por lo tanto, no está dispuesto a pagar nada por él. Lo único que se pretende es resolver un trámite administrativo, y para ello el arquitecto debería ser muy básico, muy zafio y muy barato. Tal vez eso nos daría mejor imagen ante la sociedad.
¿Cuál crees que podría ser un paso para acercar nuestra profesión a la gente de la calle?
Bueno, uno podría ser el que acabo de decir: Lanzarnos directamente en nuestro trabajo hacia la rapidez fulminante y la baratura cuasi gratuita. Ese sería un paso estupendo: Emitir proyectos y certificados a la voz de ya, ipso facto, sin marear la perdiz y gratis.
Otro paso, mucho más difícil, sería convencer a la gente (¿cómo?) de que tener una casa diseñada con cuidado, en la que las puertas se abran a la mano correcta y cada ventana de cada habitación sirva para algo, y en la que se pueda vivir con cierta comodidad, vale más de los quinientos o mil euros que pretenden ahorrarse contratando a cualquiera, sin conocerlo siquiera y sin importarles lo más mínimo qué clase de trabajo les va a hacer.
A mí (y a todos) han llegado a pedirme presupuestos por teléfono: “¿Cuánto me cobra por una casa de 150 m2 en planta baja y 150 m2 de sótano para garaje?” “Pero oiga, no nos conocemos. Venga usted a mi estudio, o voy yo a verle. Hablemos un rato”. “Que cuánto me cobra”. “Pues tendría que valorarlo con más cuidado, pero aproximadamente en torno a X”. “¡Uf, qué caro”. Y cuelga. Sin saber si yo soy un pésimo arquitecto o si le podría servir de algo. Sin pararse a pensar que yo le podría ayudar a ahorrarse varios miles de euros en la obra. ¿Qué más da? Se le quitan a uno las ganas de todo. Sólo importa ser muy rápido y muy barato, aunque hagas un trabajo incompleto y deficiente. ¿Qué más da?
Hay una escena en la película Bird en la que Charlie Parker se queda mirando y escuchando a un músico de pop-rock. Se queda pasmado de que sólo haga un par de arpegios y con eso triunfe, mientras que él teje estructuras complejísimas que no tienen tanta aceptación. Pues comparemos una partitura de Lady Gaga con otra de Bach.
Me estoy liando. Intento decir que nosotros ofrecemos calidad, pero que la gente de la calle no está por la labor. Esa “calidad” parece que no tiene nada que ver con ellos y que no la necsitan para nada.
2#La formación de los arquitectos
Que me perdonen mis profesores de la escuela, pero cuando yo entré en arquitectura adoraba las balaustradas. Recuerdo durante el primer año como más de uno de nosotros nos atrevíamos aún a decirlo en alto.
¿Crees que nos moldean a todos con las mismas pautas? (puede que sea yo, que sea blanda de criterio)
Yo estuve años sin entender a Mies van der Rohe. Miraba la planta y las fotos de la Casa Farnsworth y no entendía cómo se podía vivir en esa casa. Al cabo de años capté que “la cosa” estaba en otro sitio, que el quid de la cuestión era que no era esa la cuestión. No sé; no sé si los arquitectos al final lo pillamos o si es que hemos entrado en una especie de secta sin darnos cuenta.
En cuanto al lenguaje arquitectónico, sí se nos moldea con las mismas pautas. No hay más que ver que la arquitectura se divide entre la que le gusta a todo el mundo menos a los arquitectos y la que sólo nos gusta a los arquitectos, pero a nadie más. Tenemos el gusto “deformado” y “retorcido”.
Pero los buenos profesores nos enseñan, o al menos nos animan, a pensar, a razonar los porqués, a poner las cosas en duda y a proponer. Así sí que se rompen las pautas.
Las balaustradas son estupendas cuando sirven para algo, y cuando su forma, su material, su función, su todo, son por algo. Cuando son un mero capricho son puro kitsch. Pero las cubiertas planas, las ventanas en longueur, el acero cortén o el hormigón visto también son puro kitsch y pura ridiculez cuando son mero capricho, mero porque sí y mero tic.
¿Crees que falta más formación crítica en los arquitectos?
Falta más formación crítica en todo el mundo. Lo que nos hace personas y seres libres es la capacidad de criticar, de criticarlo todo. Hay que ejercer esa capacidad constantemente, y no la ejercemos casi nunca.
Un ejemplo: En un partido de fútbol se mete un gol en un posible fuera de juego. Todos los aficionados del equipo que ha recibido el gol, todos, han visto el fuera de juego clarísimo. Y todos los del equipo que lo ha metido, todos, han visto gol legal. Y lo han visto de verdad, sinceramente. Estamos hartos de constatarlo.
¿Por qué los arquitectos deberíamos tener más capacidad crítica que los demás? Ojalá la tengamos todas las personas con lo que nos rodea y no queremos ni ver.
En todo caso, en eso la crisis sí ha tenido un aspecto positivo. Hace diez años los arquitectos estábamos muy subiditos. Ahora se nos ha bajado bastante la tontería y creo que, en general, estamos algo más sensatos.
3# LA DIFERENCIACIÓN
Tras la crisis inmobiliaria los cimientos de la profesión se han removido. Son muchos los compañeros que lo están pasando mal o incluso han buscado caminos distintos a la arquitectura. Muchos entendidos afirman que la solución pasa por la diferenciación y la especialización.
¿Cuál consideras tu punto diferenciador frente a otros compañeros?
Desgraciadamente, no sé contestar a esa pregunta. Me la hago a menudo y no sé. Me veo un arquitecto muy corrientito, y barato barato. Trabajo en el fango, con el culo al aire, y no sé en qué me diferencio de los demás.
Mis amigos me dicen que tengo virtudes interesantes, pero creo que se refieren a otras facetas (con las que, desgraciadamente, no puedo ganarme la vida). En la arquitectura soy intercambiable con cualquiera, como me demuestran mis clientes y mis no-clientes casi a diario.
¿Cómo comunicas a tus clientes este elemento diferenciador?
Vaya. Lo siento. Pasapalabra.
4# ARQUITECTOS VS EMPRESARIOS
Para mí, uno de los grandes problemas que tiene nuestra profesión, tanto trabajando por cuenta ajena como propia, es que nos cuesta entender que nuestro trabajo no deja de ser un negocio.
Puede parecer frío y sin pasión, pero trabajamos por dinero. Todo esto está provocando que nosotros mismos no valoremos lo que hacemos y estemos tirando los precios por los suelos.
¿Crees que el problema está en las escuelas? ¿Nos falta educación empresarial?
Has hecho un análisis perfecto. Nos da apuro y pudor cobrar nuestro trabajo. Si vas a ver a un abogado o a un notario, antes de que le expliques a qué vas ya les has hecho una provisión de fondos. Nosotros, por el contrario, trabajamos gratis haciendo croquis, bocetos, perspectivas… a ver si la idea cuaja a la quinta versión y ya sí, ya nos encargan el proyecto, que ni siquiera una vez encargado nos atrevemos a cobrar como pactamos, y admitimos que nos exijan trabajos extras e incluso que nos rebajen los honorarios a posteriori.
Todo viene, como digo, de una fobia por el dinero. Es una profesión vocacional, lo hacemos porque nos gusta mucho… Ya. ¿Sabes cuánto cuesta hacerle una ortodoncia a tu hijo?
Por supuesto, las escuelas harían mucho mejor enseñándonos a gestionar nuestro trabajo y nuestros honorarios que enseñándonos la transformada de Laplace, que dudo yo que algún arquitecto la haya usado alguna vez a lo largo de su vida.
¿Se solucionaría educando a la sociedad de todo lo que conlleva para el arquitecto un proyecto?
Sí, claro que sí. ¿Pero cómo lo hacemos? ¿Cuántas veces han aparecido en los medios de comunicación y de entretenimiento de masas los arquitectos, su trabajo, sus anhelos y sus logros? En toda mi vida de telespectador sólo recuerdo la serie de documentales Elogio de la Luz, en la 2, una entrevista a Fisac y dos a Sáenz de Oíza. Nada más.
Y sin embargo últimamente ha salido mucho en la tele un arquitecto farandulero que, en todo caso, abundaba en esa imagen repugnante del arquitecto caprichoso, genialón-bobalicón y hasta locaza.
¿Cómo narices (iba a decir otra palabra) se le muestra a la sociedad en qué consiste el trabajo de arquitecto?
¿Los colegios de arquitectos podrían hacer algo al respecto?
Claro que sí, pero es muy difícil. Durante bastantes años estuve en la Comisión de Cultura de la Demarcación de Toledo del COACM, y durante cuatro años formé parte de la Junta Directiva; y te aseguro que se hacía todo lo que se podía y se organizaba de todo. Pero la sociedad es bastante impermeable. Siempre se ha intentado mostrar la arquitectura, organizar debates, participar en los foros, hablar con la prensa, etcétera, con el consabido éxito de público y crítica.
5# La endogamia en arquitectura
El mundo de la arquitectura es bastante cerrado, blogs de arquitectos son para arquitectos, la formación de los colegios está destinada a nosotros…
¿Tenemos los arquitectos miedo de romper la endogamia en la que vivimos?
No. Al revés. Nos encantaría que se nos conociera y se nos respetara como a los cocineros, por ejemplo.
Es cierto que hay buen número de charlatanes vacíos, que van de cultos y son más tontos que Abundio, pero la mayoría somos personas normales.
Lo curioso es que la arquitectura sea un asunto que no le interesa a nadie y que a nosotros nos apasiona. No sé si los registradores de la propiedad cuando se reúnen se pondrán tan verracos con lo suyo como nosotros con lo nuestro.
Bien mirado, eso nos hace encantadores. Un grupo de colegas que se toman unas cañas hablando a voces de la doble altura de tal vestíbulo y riendo desaforadamente a cuento de un voladizo. No me imagino a los registradores retorciéndose así por la usucapión.
6# UN CONSEJO para arquitectos.
¿Qué consejos le darías a un arquitecto que está comenzando su carrera profesional?
Que tenga mucha paciencia por un lado, en el sentido de saber aguardar el momento, y al mismo tiempo que no pare de insistir y de probar.
La profesión de arquitecto en el sentido clásico (persona solitaria que va por la vida proyectando edificios y dirigiendo obras) se hunde. Se acaba. Somos demasiados arquitectos para la escasa necesidad que la sociedad tiene de nosotros. Pero tenemos muchas aptitudes y sabemos ser versátiles, y la profesión se está adaptando y reinventando. Hay que ser ágil y estar muy atento, e insistir.
Por otra parte, se puede ser arquitecto de muchas maneras, y no hay que dejar pasar ninguna. Tenemos que saber aprovechar nuestra formación y, sobre todo, nuestra actitud y nuestra aptitud.
Para los que estén haciendo su pfc o vayan a empezar en breve no os perdáis este artículo de arquitectamos locos de hace dos años. Algo más que añadir…
Sigo pensando que el pfc es (debería ser) una fiesta. Quienes hacen ahora el pfc merecen apoyo y ánimo. Ojalá disfruten lo más posible haciéndolo y salgan de la escuela (que ya va siendo hora) dispuestos a comerse el mundo. Está ahí, esperándolos.
7# EL FUTURO DE ARQUITECTAMOS LOCOS?
¿Qué esperas del 2016?
El infierno está aliviándose un poco. Parece que hay algo por ahí que quiere respirar.
Espero una ligera mejoría dentro del triste panorama. Y, sobre todo, espero tener la suficiente energía y la suficiente claridad de ideas y de intenciones para saber aprovechar las escasas oportunidades que se presenten y, sobre todo, para saber dejar pasar de largo las falsas.
¿Tienes pensados cambios para el futuro?
No. Tengo alguna sensación, alguna intuición, pero no tengo nada pensado. Lo que no impide que en un momento dado me agarre al primer tren que pase. A veces tengo momentos de lucidez.
¿Qué te ha parecido la entrevista?
Si tienes algo que aportar, no te cortes y compártelo en los comentarios.
Enhorabuena por la entrevista con este “arquitecto loco” al que le puede su faceta de artista escritor genial.
Gracias, la verdad es que me tiene conquistada..
Me ha encantado la amplia gama de preguntas que se le ha hecho ha Jose a quien tuve el placer de conocer hace unas semanas en el evento que hizo en Madrid de SizaxSiza.
Nuestros trabajos serían muy diferentes si aprendiésemos desde muy jóvenes que trabajar como arquitecto es también un negocio y que el dinero es un buen amigo a quien se le habla directamente y sin tapujos.
Gracias Elena por compartir y suerte con los chinos. Son todo un caso!
Gracias Mili, me alegra mucho que te haya gustado, y estoy completamente de acuerdo contigo en la necesidad de aprender los diferentes negocios y posibilidades que tiene nuestra profesión. Saludos